LA ASOCIACION

Nuestra pequeña  historia

EVOLUCIÓN DE LA ASOCIACION

     En otoño de 2019 una compañera de Mujeres Sembrando conoce a una refugiada nicaragüense que es vecina suya. Le cuenta las dificultades por las que está pasando ella y el hijo con el que ha salido de su país y que tiene a su cargo. Esta compañera le habla de El Sitio y la pone en contacto con la Asociación. Este hecho, que a primera vista puede parecer intrascendente, constituye un auténtico jalón en el colectivo y su entorno: a partir de la llegada de esta mujer centroamericana -que desde el primer momento se entusiasma con el grupo y se involucra en las tareas-  comienzan a llegar a El Sitio otras muchas, unas refugiadas, perseguidas por la dictadura nicaragüense, otras perseguidas por la miseria y todas pues empujadas por una injusticia social dolorosa, inaceptable.

     Son tantas las que van acercándose a la Asociación desde el Grupo Pedal se decide organizar una jornada de convivencia que se celebra el 16 de noviembre de ese año. De esa manera, a través de Mujeres Sembrando toman contacto un amplio grupo de mujeres de diversas zonas del mundo que viven en Mérida o en poblaciones cercanas y todas con el denominador común de estar sin permiso de residencia, lo que ellas llaman “sin papeles”.

     La inmensa mayoría pasa a formar parte de la agrupación y se implican en las actividades con tanto entusiasmo como esperanza.

    Y así se produce un hecho nuevo: el proyecto Recogida y transformación de ropa adquiere una gran importancia ya que las nuevas compañeras, procedentes en muchos casos de países de clima cálido, carecen por completo de prendas de abrigo, de ropa invernal.

     A través de la Asociación muchas toman contacto con familias que necesitan personas para cuidar tanto a criaturas como a personas ancianas. Sabiendo que este no es el destino definitivo, el trabajo que se merecen unas mujeres que, en muchos casos, tienen una formación muy cualificada, es al menos un paso importante.

    También logran a través de la Asociación encontrar viviendas dignas, como se cuenta en otro lugar de esta web.

     Como ya se ha dicho, las semillas constituían una especie de moneda simbólica.   

      Cuando estalla la pandemia se interrumpen las actividades cotidianas de Mujeres Sembrando en El Sitio, pues el confinamiento nos tiene a todo el mundo enclaustrado en nuestras casas. Pero la pobreza, no solo sigue, sino que aumenta.
       A la vez, desde muchos restaurantes, hoteles y servicios de catering nos llegan avisos generosos de que, al interrumpir las actividades hosteleras disponen de comida que, de no darle destino perecería. Logramos crear una cadena humana con personas que por su particular trabajo podía salir a la calle: del sector de la alimentación, empresas de desinfección y similares.

     Gracias a esta articulación la cadena humana se encargó de distribuir alimento y productos de higiene personal, tan necesitados en aquellos primeros meses. Los siguientes, hacia el verano de 2020, con cierto alivio en las restricciones, el reparto se llevó a cabo en las propias instalaciones de El Sitio, siguiendo siempre las medidas de seguridad: uso de guantes, mascarillas, grupos pequeños manteniendo la distancia de seguridad, en fin, lo adecuado. Para espaciar más los grupos humanos se hacían reparto dos días a la semana.

     En la primavera de 2022, una vez atenuadas las medidas de precaución –no relajadas ni abandonadas, sino aminoradas- y con una cierta vuelta a la normalidad, se pretende volver al trueque mediante el uso de las semillas.

     Corresponde al Grupo Pedal determinar los pasos a dar entre los que se incluyen la celebración de Asambleas para que, entre todas, podamos trazar la ruta que nos lleve e ese punto de partida.