Desarrollo de la Jornada Zapatista en Mérida el 20 de octubre
Empañada por el execrable asesinato del sacerdote, militante indígena, Marcelo Pérez en Méjico
Las compañeras mexicanas (y el compañero) habían resaltado en su exposición el hecho de que su lucha contra la pobreza, la violencia y las iniquidades en general en las comunidades indígenas implican un peligro físico enorme ya que ponen en juego sus propias vidas.
Nadie podía imaginar esa mañana de domingo que la charla de las chiapanecas la iba a ilustrar fidedignamente (para ratificar lo que ellas nos contaban) el vil asesinato de un paradigmático luchador: Marcelo Pérez Pérez, cura jesuita de la iglesia de los pobres, a las 8 hora mejicana, cuando salía de celebrar la Eucaristía junto a su gente.
Como puede leerse en el artículo escrito por Carmen Morán Breña y publicado en el diario El País ese mismo día: “El párroco asesinado este domingo no era ajeno a la violencia creciente y su activismo estaba guiado por la búsqueda de la paz, así como la atención a la drogadicción y el alcoholismo, lacras que se ceban con las poblaciones indígenas.”
Cuando llegó la terrible noticia a El Sitio de las Mujeres, la consternación se apoderó de todas las personas que, en ese momento, y tras horas de escucha y debate, se disponían a compartir un exquisito cocido extremeño que curiosamente habían cocinado un el día anterior un grupo de compañeras.
Pese a todo, la fortaleza se impuso y las exposiciones del grupo chiapaneco continuaron. Esa misma tarde en El Ateneo Libertario de Mérida. Al día siguiente en Cáceres.